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La revista Pensamiento al margen ha lanzado una convocatoria de artículos para su número 8, a publicarse en 2018, con el título “Política en movimiento: prácticas de resistencia y procesos de institucionalización. Aprendizaje ciudadano y experimentación en el marco de la dinámica electoral, la acción colectiva y la apertura a la participación social”. A continuación se pueden consultar los detalles de la convocatoria, que también están disponibles en la web de la Revista.

El año 2011 ha quedado vinculado simbólicamente a enormes procesos de movilización ciudadana conectados internacionalmente: Islandia, Grecia, Túnez, Egipto, España, Marruecos, Siria, Portugal, Estados Unidos, Reino Unido, México, Canadá, Colombia, Brasil, Chile, Argelia, Turquía, Francia…

Algunas experiencias explosionaron uno, dos y hasta cinco años antes, otras algunos años después. Todas hundieron sus raíces en complejos y dilatados procesos de gestación y maduración, arraigándose en organizaciones locales y engarzándose al propio contexto sociopolítico que las acogió: de la oposición a cruentas dictaduras en oriente próximo al desafío del relato idealizado consolidado en las democracias formales europeas y americanas. Movilizaciones, especialmente en el segundo grupo, de carácter sedentario, organizadas sin líderes, con una toma de decisiones en el marco de la horizontalidad y unas estrategias del común contra las formas dominantes de subjetividad producidas en el contexto de la actual crisis social y política, tal y como han señalado Hardt y Negri[1].

Pero entre toda esta diversidad sobresalen algunos elementos estructurales de la protesta. De un lado, la profunda voluntad ciudadana de hacerse cargo de los asuntos públicos, de abolir la ruptura fundamental sobre la que opera el campo político[2] estableciendo el monopolio de la gestión de los bienes y las decisiones comunes a quienes se han erigido como profesionales de la política, relegando a profanos y profanas a una mera delegación y manifestación restringida de las voluntades (elección de opciones) en los procesos electorales, frecuentemente rutinizados y anclados en grandes cotas de desafección y abstención.

De otro, (en una doble dimensión no segregada) en el uso de los dispositivos de comunicación virtual dando lugar a una excepcionalmente intensa dimensión online de la protesta que catapultó las recepciones y las posibilitó casi inmediatas gracias a la intensificación del uso de dispositivos móviles y plataformas de comunicación deslocalizada como Twitter y Facebook. Y al mismo tiempo, una enorme dimensión offlinesostenida sobre ocupaciones creativas del espacio público con miles de movilizaciones llenas de vida, lemas lúdicos de enorme radicalidad política y muchos carteles caseros. Además, en multitud de estas experiencias hubo campamentos. Muchos campamentos, que tejieron un hilo conductor transcontinental de solidaridad y reapropiación de la movilización contextualizándola, arraigándola a la realidad local; y que permitieron establecer espacios de convivencia, de encuentro, de práctica cotidiana, que sostenían la dinámica política, acogiendo el ágora, las asambleas, y logrando, al mismo tiempo, amortiguar las divergencias. Impedía olvidar que se era una comunidad, una comunidad diversa que albergaba grandes y pequeñas divergencias ideológicas.

Pero también espacios de encuentro que podían concretarse en prácticas concretas relacionadas con el habitar cotidiano en las acampadas y, como no, en la oposición, frontal, a la política de profesionales. Una política descarnada, indolente y atrincherada en una razón de Estado autorreferenciada en las políticas de ajuste neoliberal, de larga trayectoria en América (al sur, pero también al norte del Rio Bravo) y en una ofensiva explícita y precipitada a partir del 2008 en Europa, especialmente en el Sur.

El caminar de todas estas experiencias ha sido dispar. Algunas de ellas lograron derrocar dictaduras militares, aun no consiguiendo profundizar democráticamente como habían imaginado; otras fueron aplastadas y hechas desaparecer con armamento de guerra. Las muchas avanzaron hacia diversas transiciones y nuevas concreciones, enzarzadas en duras tensiones a la hora de situar la relación con el espacio institucional de su propia acción política.

Pero, ¿qué han traído o actualizado estas movilizaciones populares? A la hora de conceptualizarlas, ¿tiene sentido agruparlas en un ciclo político? ¿Se hacen necesarias nuevas formulaciones para aprehender estas experiencias ciudadanas? ¿Qué metodologías pueden ponerse en movimiento para el análisis de estas formas de acción política? ¿Hacia dónde avanzan estos procesos? ¿Qué relaciones han establecido entre ellos? ¿Qué significan para las personas que los sostienen? ¿Y en el resto del campo político?

Estas preguntas estructuran la voluntad de esta invitación a que autoras y autores con interés en los procesos de aprendizaje ciudadano, la experimentación en el marco de la dinámica electoral, la acción colectiva y la apertura a la participación social en el marco del nuevo ciclo de movilización internacional participen en este número 8 de la Revista Pensamiento al margen.

 

Las normas de estilo de la revista se encuentran en el siguiente enlace.

 

El plazo de recepción se cierra el día 1 de marzo de 2018.

 

Coordina: Adriana Razquin (Universidad de Jaén)

 

Puede enviar su artículo al siguiente correo: redaccion@pensamientoalmargen.com

 

Contacte con la coordinadora para la resolución de dudas metodológicas o de contenido: adrianarazquin@gmail.com

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